5.3 Ciberespacio, cibercultura y medios de comunicación
Internet no deja de sorprender y, ya sea positiva o negativamente, siempre trae novedades para replantearnos cómo y de qué manera los nuevos medios de comunicación están llegando. Hoy toca hablar de lo negativo referente a la difusión por parte de una pequeña comunidad de influencers de estafas presentadas como publicidad encubierta.
Marina Yers, concursantes del programa “La Isla de las Tentaciones”, Alexandra Moreira, Paula García, Genissa González, cuentas anónimas de humor y un largo etc cuentan con miles de seguidores en sus cuentas de Instagram consiguiendo gran audiencia con sus publicaciones. Este hecho atrae a las marcas, las cuales se ponen en contacto con ellos para hacer colaboraciones y publicitar sus productos. Ahora bien…. ¿hasta qué punto esto es legal?
La estrategia consistía en realizar un “preguntas y respuestas” en sus redes sociales donde usuarios podían preguntarles cualquier duda sobre ellos. Todos cumplían el mismo patrón, ¿cuánto ganas con redes sociales? ¿cuánto ganas con las apuestas? ¿puedes explicar eso de las apuestas? Eran algunas de las repetitivas preguntas que les hacían a lo que los influencers contestaban lo mismo adjuntando capturas con links para realizar las distintas apuestas.
En poco tiempo los seguidores se dieron cuenta del error y es que todos copiaban el mismo texto incluso con las mismas erratas donde afirmaban estar ganando hasta 1.000 euros en una tarde a través de un canal de Telegram de apuestas deportivas. Según el periódico larazon.es “la asociación de consumidores Facua ha presentado una denuncia ante la Dirección General de Ordenación del Juego del Ministerio de Consumo por la publicidad encubierta de apuestas realizada a través de estas cuentas de Instagram”.
El Ministerio de Consumo, dirigido por Alberto Garzón, aprobó en noviembre de 2020 real decreto que regula la publicidad de los juegos de azar y las apuestas online. El Real Decreto 958/2020, de 3 de noviembre, de comunicaciones comerciales de las actividades de juego, establece en su artículo 23 que “queda prohibida la difusión de comunicaciones comerciales de los operadores de juego en servicios de la sociedad de la información”. Las únicas excepciones son las webs o aplicaciones de los propios operadores de juego.
Actualmente, le ley permite hacer este tipo de publicidad únicamente señalándola como anuncio o ad y según la Ley 3/1991, de 10 de enero, de Competencia Desleal, se prohíbe las “prácticas comerciales encubiertas” en su artículo 26. De todo esto se puede sacar una conclusión clara, los influencers estaban estafando de manera ilegal a sus seguidores, pero se la ha puesto fecha de fin. A partir del 1 de abril ningún personaje público podrá llevar a cabo este tipo de anuncios con la consecuente multa de entre 100.000 y un millón de euros por el incumplimiento de la norma.
Por otro lado, fueron muchos usuarios los que se quejaron de esta práctica en diferentes redes sociales, la mayor parte de críticas se produjeron en Twitter donde numerosas cuentas denunciaban esta manera de engañar y fomentar el ocio con las apuestas.
Algunos de los influencers pidieron disculpas por lo ocurrido, como la polémica creadora de contenido Marina Yers, la realidad es que necesitamos concienciarnos del poder mediático que tienen dichos perfiles.
Desde mi punto de vista, y a modo de conclusión, las redes sociales e internet en general están llegando a unos extremos donde todo vale. Debemos ser conscientes y mirar con ojo crítico todo lo que se nos muestra. Ser creador de contenido es un trabajo y, como tal, se busca un interés económico por lo que nosotros, como consumidores o simples usuarios de internet, tenemos que saber qué es para nosotros lo éticamente correcto. Y, para aquellos que se dediquen a realizar estas prácticas, qué triste que sean ellos parte del futuro de los nuevos medios de comunicación.