De lo real a lo virtual. -Carla Meksoub

5.2.La imagen infográfica: realidad virtual.

Si se habla de prosperidad de avances y de futuro nos imaginamos hologramas en 3d, coches voladores,  robots compartiendo sus capacidades con humanos… A día de hoy, en el 2021,  muchas de esas imaginaciones iniciales ya se han hecho realidad. Cada vez son más las noticias sobre  laboratorios y empresas que crean robots capaces de pensar y de realizar funciones humanas, o de automóviles y autobuses que se conducen solos. Y aunque la mayoría de los humanos veamos esto únicamente en la televisión, es un hecho que, poco a poco, este fenómeno se irá expandiendo y adaptando a la normalidad.

La tecnología sirve para ayudarnos y en muchos casos, directa o indirectamente, ha salvado la vida de miles de personas. El pasado mes se desarrolló una Start up llamada Programa C19-Space. Se trata de una iniciativa que mediante unas gafas de realidad virtual y una aplicación compatible tanto con Android como con IOS, forma mediante el aprendizaje inmersivo a profesionales y sanitarios utilizando la realidad virtual. Mediante esta formación se enseñaba a a los sanitarios sobre cómo trabajar en la UCI con pacientes de CoronaVirus.

Dicho proyecto fue propulsado por la European Society for Intensive Care Medicine (ESICM) y la Comisión Europea. Los creadores de esta Start Up nacieron de un Spin off en la Universitat Oberta de Catalunya (UOC). Gracias a esta propuesta se ha podido formar a más de 20.000 sanitarios especializándolos en el tema.

La diferencia de este tipo de formación respecto a otras es una mayor capacidad de especialización en el tema. Al tratarse de realidad virtual, la persona queda totalmente inmersa en el tema pudiendo contextualizarse mejor con el entorno, que provoca inconscientemente que el cerebro asimile mucho mejor los conceptos; a su vez la propia aplicación deja grabada las decisiones que toman los sanitarios dentro del curso de realidad virtual, cosa que permite una posterior revisión para su mejora.

Gracias a programas como este, se ayuda a luchar contra la pandemia, pero más allá de ello este ejemplo es aplicable a muchos otros ámbitos aparte del sector sanitario. Cabe insistir en que el aprendizaje mediante realidad virtual puede ser aplicable a cualquier otro ámbito de la vida, y según estudios el aprendizaje mediante este método cuatriplica la la rápida adquisición de la información en nuestras mentes.

Si bien está claro que la tecnología aporta una gran diversidad de ventajas a nuestra comunidad, también aporta desventajas. Una de cal y otra de arena.

Hace apenas unas semanas la ciudad de Málaga puso en marcha el primer autobús autónomo que se conduce solo. España se ha convertido en el país pionero en el uso de este tipo de transporte, aunque en la prueba el vehículo alcanzó 18km/h, por precaución según declaran sus creadores, es capaz de alcanzar más velocidad. Aunque por el momento el autobús no es capaz de circular sin la supervisión de un conductor, es cuestión de tiempo que pueda hacerlo solo. Al igual que este hecho, hay muchos más que hacen innegable la inmersión de la tecnología en nuestras vidas, como es el caso de robots con un aspecto totalmente humano que son capaces de realizar trabajos con una precisión exacta.

Y es aquí donde radica el problema, ya que la raza humana está creando sistemas que son capaces de sustituir sus propias funciones. Cuando la tecnología está creada para complementar nuestra enseñanza  y progreso se le está dando una buena utilidad, pero no tiene sentido que se cree tecnología para sustituir al ser humano. Este último hecho  inhabilita nuestras capacidades físicas y mentales, y aunque un robot pueda llegar a realizar con perfección cualquier tarea , nunca va a tener la capacidad de comprender o empatizar con otra persona, y al final esos son valores necesarios en cualquier función.

Está muy bien que se celebren ferias de innovación donde se presenten robots capaces de atender una mesa en un restaurante, de ser recepcionistas en un hotel o de conducir un autobús, pero si ese hecho se va poco a poco normalizando  al final los seres humanos tendrán cada vez menos tareas que hacer y por lo tanto no podrán sustentarse puesto que se perderán muchos puestos de trabajo, y todos sabemos la crisis personal, social y económica que ello conlleva. Por otra parte si se habla de la parte positiva de esta visión está muy bien que los avances tecnológicos ayuden en sanidad, en técnicas de aprendizaje… pero siempre y cuando vayan en consonancia  con el ser humano y sean un instrumento de ayuda. Deben ser las personas quiénes controlen la tecnología, y no la tecnología quién  controle a las personas.

Parece ser que en el S.XXI hemos aprendido a hacer cualquier cosa con ayuda de un aparato electrónico, pero como contraposición parece ser también que se nos han olvidado valores tan importantes como es la capacidad de empatizar, la comprensión o cualquier  otro sentimiento humano. Porque no hay que olvidar que al final son esos mismos sentimientos los que nos diferencian de los animales, e igualmente los que nos diferencian de los robots.

No dejaríamos que un animal nos controlase, no deberíamos tampoco consentir y aceptar que un robot lo hiciera.

Somos humanos, la especie dominante del planeta y estamos aquí para algo, no debemos olvidar que cumplimos un papel esencial dentro del planeta que ninguna otra especie puede sustituir.

El primer autobús autónomo de Málaga. Fuente: diariosur

El primer autobús autónomo de Málaga. Fuente: diariosur

ARTÍCULO ESCRITO POR: CARLA MEKSOUB GRAU

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