La cultura de la cancelación: #twitterisoverparty – Teresa Ferrández

5.3. Nuevos medios de comunicación.

Ser una persona “cancelada” no es algo nuevo ni actual, desde hace siglos se ha popularizado esta práctica, sin embargo, el auge de las redes sociales hace que este hecho cobre más importancia y, por tanto, se llegue a más gente.

Pero… ¿qué es cancelar? Básicamente la expresión hace referencia a dejar de apoyar o seguir a un personaje público por decir algo ofensivo que desencadena una serie de boicots a su carrera profesional hundiendo así su reputación.

cancel_culture_ptEs una reacción pública, pues a raíz de redes sociales son los usuarios los que van propagando y viralizando los casos que hacen cancelar a dichos personajes. Esta práctica engloba cualquier nicho temático, desde política, música, escritura y un largo etcétera que solo deja de aumentar a medida que pasa el tiempo y nuestro uso de redes sociales.

Harvey Weinstein

Harvey Weinstein

Uno de los casos más famosos de cancelación, es el generado tras la revolución feminista del #MeToo en 2017, donde numerosas mujeres denunciaron agresiones y acosos sexuales, a raíz de las acusaciones de abuso sexual contra el productor de cine y ejecutivo estadounidense Harvey Weinstein. El productor fue despedido de su compañía, The Weinstein Company y expulsado de la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas.

La música engloba el sector que más capítulos de cancelación tiene como el conocido caso de Kanye West. El cantante ha generado numerosas controversias en redes, sobre todo en Twitter, donde hacía citas como que la esclavitud era una elección o sus famosas polémicas con la cantante Taylor Swift.

También el autor de Harry Potter, J.K. Rowling fue cancelado al hacer declaraciones consideradas gravemente transfóbicas. Miles de personas decidieron darle la espalda y no consumir más sus productos, este hecho detonó un debate en redes.

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James Charles

Por otro lado, un buen ejemplo es el del joven youtuber y maquillador James Charles el cual perdió casi 4 millones de suscriptores en menos de una semana. Todo esto vino motivado a raíz de que su mentora Tati Westbrook subiera un video de 43 minutos donde declaraba que Charles se aprovechaba de su situación de poder para convencer a chicos heteros y mantener relaciones sexuales con él.

La red social Twitter es la famosa por excelencia cuando hablamos de cultura de cancelación. Es allí donde se popularizan hechos que hacen a los usuarios ofenderse por los comportamientos de determinados personajes públicos. El conocido hashtag #isoverparty precedido del nombre del artista es el que se encarga de difundir y dar a conocer las razones por las que el personaje es cancelado.

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Actualmente raro es el día en el que no salga un nuevo caso de cancelación ya que cualquier acto puede ser ofensivo para cualquier persona. Nos hemos acostumbrado tanto que en las tendencias de Twitter siempre hay alguien para cancelar.

Desde mi punto de vista y a modo de conclusión, veo correcto y ético denunciar hechos sociales, por supuesto, creo que tenemos el derecho y el poder de quejarnos de aquello que no nos gusta incluso de no consumir aquello que se nos ofrece. Sin embargo, estamos llegando a unos niveles de llevarlo todo a unos extremos excesivos. Vivimos en una era donde se tiene la piel muy fina y donde nos ofendemos por absolutamente todo y las redes sociales pueden llegar a ser nocivas en ese aspecto. Cuando compartimos nuestra opinión, pienso que debemos medir nuestras palabras porque no se sabe a cuanta gente puede llegar.

Según el periódico digital Huffingtonpost.es el escritor Ayishat Akanbi trató el asunto en un vídeo para el medio DDN: “La cultura de la cancelación es un tema complejo por el hecho de que los humanos somos complejos y eso es algo que nos encanta negar por las redes. No debemos menospreciar lo rápido que podemos cambiar nuestra forma de pensar, de modo que cancelar a gente por tuits que publicaron hace años, cosas que tal vez tú mismo has hecho la semana pasada, es una forma de mentirte a ti mismo y carece de autocrítica, una virtud crucial”.

Y concluye: “Hablamos mucho de salud mental, sabemos que es tan importante como la salud física, y, al mismo tiempo, boicoteamos a las personas a la mínima que hacen o dicen algo que no nos gusta. No me parece muy coherente”.

Y vosotros… ¿habéis sido alguna vez cancelados?

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