3.4. La radio española en la dictadura
17 de julio de 1936, fecha del Golpe de Estado de la derecha para frenar el gobierno del Frente Popular de la República. 19 de julio de 1936, huelga general contra ese golpe de estado. En Barcelona el 21 de julio los trabajadores acabaron con el levantamiento militar, ocuparon los principales edificios y fábricas, asaltaron los depósitos de armas y se hicieron cargo de la ciudad. El poder pasó a los Comites antifascistas, quienes pactaron con la Generalitat y Ayuntamiento encargarse de autoorganizarla. La policía y el dinero fueron abolidos. El suministro de agua, luz, gas y demás servicios a la comunidad fueron liberados. Había comenzado una revolución y la ECN1 Radio CNT FAI Barcelona lo contaba.
Ferran Aisa es el autor del libro La voz de la revolución que recoge estos hechos. En 2018 hizo una entrevista para Público donde da algunos detalles de la curiosa y novedosa forma de hacer funcionar la ciudad. Hace un recorrido de la breve historia de la emisora y la necesidad de contar a la gente la hazaña que se estaba llevando en la capital del Principado. Hazaña porque una revolución que sólo duró dos meses no se consideraría histórica de no ser por tener la oposición de socialistas, el Partido Comunista, la URSS, la República, fascistas, la derecha catalana y las democracias europeas. Obviamente, también era una herramienta de propaganda de las ideas libertarias, pero más allá de eso también servía de altavoz para muchas asociaciones artísticas y culturales.Este texto pretende contar este trozo de la historia del que se habla muy poco pero tratando evitar de caer en el romanticismo. Porque muchas cosas que sucedieron entonces, como el ya mencionado suministro libre de algunos servicios, hoy día parecen casi increíbles. Así pues, los objetivos principales de esta emisora “era difundir comunicados confederales tanto de los comités como de los sindicatos, informar de lo acaecido en los frentes o en la retaguardia, formar a través de la participación de destacados intelectuales libertarios o de profesores de la Escuela de Militantes, dar la voz a los distintos colectivos u organizaciones, ya fuesen representantes de empresa colectivizadas, miembros de las milicias, de las Juventudes Libertarias o de Mujeres Libres. También se recogía las alocuciones, bien desde la misma emisora o bien en mítines y conferencias de los más destacados líderes de la CNT-FAI. Otro de los objetivos de la emisora era entretener a los radioyentes a través de programas sobre curiosidades cotidianas locales, narraciones de historia, recitales poéticos o emisiones musicales”.
Las principales voces que pasaron por esta radio eran también colaboradores del diario Solidaridad Obrera. El más destacado animador era Jacinto Toryho, pero lugo se encontraba una larga plantilla de periodistas como Ada Martí, Joaquín Montero, Jaime R. Magriñá y la mayoría de redactores de la Soli (Carlos Sirval, Francisco Pellicer, Jaime Balius, etc). También contaba con varios colaboradores de todo tipo, con la presencia de intelectuales como Emma Goldman o Camilo Berneri, y evidentemente de los sindicalistas más carismáticos. Por este motivo se convirtió en una radio de referencia para toda la Península Ibérica. También influyó que al disponer de onda corta y extracorta sus ondas llegaban incluso al norte de áfrica.
Al ser una radio esencialmente local, en una Barcelona donde la mayoría de la gente ya tenía estas ideas muy arraigadas, la temática además de política o de propaganda, era también pedagójica. Arte contemporáneo, feminismo, cine, sexualidad, economías alternativas, astronomía, ciencias, urbanismo, o laicismo, entre otros, eran los temas que se tocaban. Y siempre se hacía desde el optimismo y un tono desenfadado.
El devenir de esta radio iba estrechamente ligada con la realidad de la contienda en el resto de territorios. Así pues, cuando en muchos pueblos aragoneses se estaban proclamando como territorios libres, esta radio lo contaba. O cuando la República empezó a crear estructuras como el Ejército popular o nacionalizar ferrocarriles que habían sido ya expropiados por los trabajadores, la ECN 1 creaba debates y plasmaba las diferencias entre los propios sindicalistas sobre con quién se debía o no colaborar ante el avance fascista en en muchas ciudades.
Como en cualquier acontecimiento, esta radio tampoco se libró de tener episodios grises. El propio autor del libro reconoce la censura de algunos discursos que aunque fueran realistas, eran tachados de pesimistas y no se emitían en su totalidad. Pese a algún episodio de este tipo, esta radio se caracterizaba por la amplia diversidad de opiniones del movimiento antifascista. De hecho, el criticismo respecto al intervencionismo del Partido Comunista en la Revolución le costaría la prohibición de la emisora después de los Hechos de Mayo de 1937. Estos sucesos hacen referencia a las contiendas entre los sindicatos y algunos partidos de izquierda contra el Gobierno de la República, que a esas alturas de la Guerra Civil ya era tachado de contrarrevolucionario. La República por contra alegaba que la única posibilidad de ganar la contienda contra el Bando Nacional pasaba por la unidad de todos los contrarios al Golpe.
La realidad era que mientras el Bando fascista disponía de apoyo del Gobierno Nazi de Hitler, la Italia fascista, las principales entidades financieras, y todos aquellos que veían peligrar sus propiedades. El bando antifascista dependía del apoyo de la Unión Soviética, quien era totalmente contraria a las ideas revolucionarias que vinieran de fuera del Partido Comunista, y condicionó su suministro de armas y dinero a cambio de prescindir de los críticos con sus políticas totalitarias. Por ello, a finales de 1937 casi todas las estructuras revolucionarias del bando antifascista habían desaparecido.
En conclusión, se puede ver en esta Radio la trayectoria de un movimiento que como mínimo era original y de vanguardia en el mundo. Pero que en su principal virtud de respeto y colaboradora con el resto de movimientos revolucionarios estaba también su gran debilidad. Pues su oposición a cualquier forma de gobierno vertical, le costó la represión desde los franquistas a los comunistas del Partido. En cualquier caso, un relato poco conocido de una etapa de la historia que nadie quiere que se repita. Pero que el nivel pésimo de la vida en aquella época, donde los trabajadores iban de las fábricas o el tajo a la casa y nada más, provocaba que se dieran episodios revolucionarios que costaban la vida de muchísima gente. De momento a día de hoy, algunas ideas como el amor libre o el feminismo de las que ya se hablaban en la ECN 1 hace casi 100 años están muy presentes en la actualidad.