3.1 Historia y evolución de la radio
En noviembre de 1917 un comité de trabajadores y soldados liderados por el líder comunista Vladimir Lenin asaltaban el Palacio de Invierno de Petrogrado (actualmente San Petersburgo) dando inicio a la Revolución Bolchevique, un proceso histórico que transformaría y marcaría la historia del siglo XX. Los años siguientes, con la consolidación de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS), las ideas comunistas se difundirian alrededor del mundo, dejando una Europa fragmentada en dos bloques bajo dos ideologías políticas radicalmente opuestos: El occidental, bajo el capitalismo y el Este, bajo el sistema socialista y el dominio de la URSS.
Los medios de comunicación del bloque del Este quedaron bajo la influencia directa de los Partidos Comunistas de cada país, que eran el epicentro sobre el que se articulaba la vida política, cultural y económica de los estados. En Occidente existía una concepción de los medios como empresas privadas regidas por intereses informativos que entraban dentro de sus intereses comerciales, sin embargo, los medios en la Europa Socialista eran más bien lo contrario. Eran propiedad del Estado y obedecían en muchos casos a los mandos gubernamentales, que los usaban básicamente como altavoces para distribuir propaganda entre la población.
La radio se erigió desde el principio como el principal medio de información en los estados socialistas. Se creó un Comité Estatal de Radiodifusión dependiente del Partido Comunista que regulaba la programación y los contenidos tanto de la radio como posteriormente de la televisión. La primera emisora en ponerse en funcionamiento fue Radio Moscú en 1929, una emisora internacional que aún con sede estatal en la capital rusa, emitía para todo el bloque Oriental, llegando a incorporar emisiones en hasta 26 lenguas diferentes a lo largo de su historia. Sus primeras emisiones fueron boletines informativos expresando la preocupación nacional por el ascenso de Hitler al poder en Alemania y el auge general del fascismo en Europa. Al contrario que en los medios escritos y revistas juveniles, el gobierno no estaba directamente implicado en la creación de contenidos radiofónicos, pero sí que tenía la última palabra en aceptar o rechazar la programación que se iba a emitir. Esta radio se convirtió en el principal medio de masas socialista y en los años 50 se llegaría a escuchar también en el bloque occidental, incluyendo a Estados Unidos, la gran potencia enemiga.
Al igual que pasó con algunas obras literarias, la censura del gobierno a toda la información que venía de los países occidentales provocó la distribución del Samizdat, un sistema de recepción que podía sintonizar emisoras de fuera del bloque socialista para conocer la información y la vida diaria de la población del otro lado del muro. Ese sistema era utilizado por los Servicios de Inteligencia soviéticos desarrollando un sofisticado sistema de espionaje para identificar las debilidades del enemigo a través de conocer sus informaciones.
Los medios de comunicación de masas fueron tan importantes en la URSS que en algunos casos las voces radiofónicas que se dedicaban a informar en directo eran vistas como verdaderas personalidades de la época. La más importante fue la del locutor de Radio Moscú, Yuri Levitán, una auténtica leyenda de los informativos soviéticos que sería la voz del Politburó durante casi 50 años. Se cuenta que su timbre de voz y su talento comunicativo deslumbró a Iosif Stalin, que solicitó que desde aquel momento fuera él el único encargado de leer sus informes y las noticias relacionadas con su persona, convirtiéndose para la gente en parte de “la voz de Stalin”.
Rundfunk der DDR: La radio de la RDA
Radio Moscú fue el eje sobre el que se vertebró la información radiofónica en el bloque Oriental. pero la importancia de la radio fue mucho más allá. A finales de la década de 1940, cada república socialista inició un Plan Nacional sobre el Control de la Radio y la Televisión propias para consolidar la creación de emisoras propias.
Con la separación entre la Alemania Federal y la República Democrática Alemana (RDA), la radio quedó en manos de los occidentales que aprovechaban la cercanía con sus vecinos para lanzar propaganda contraria a su gobierno comunista y en favor del capitalismo. Los altos mandos german-orientales decidieron crear una red de emisión propia que protegiera sus intereses y sirviera como baza propagandística de los ideales socialistas. Se inició una guerra de transmisiones entre ambas Alemanias, sabiendo que la población de los dos estados escuchaba la emisión vecina para saber qué pasaba al lado contrario del muro. Nació Radio Berlín Internacional (RBI) con una programación destinada básicamente a noticieros e información sobre las acciones del gobierno. Según algunos expertos en la materia, la RBI era considerada como la radio con información más neutral sobre la situación de la RDA, alejada del propagandismo exacerbado. Su producción y cuidadosa comunicación gozó de gran prestigio periodístico también en Occidente donde era también bien reconocida.
A pesar de la importancia de la RBI, la escasez de contenidos hacía que mucha gente siguiera escuchando las radios extranjeras, por lo que el gobierno de la RDA hizo hincapié en la década de los 70 y 80 en aumentar su apuesta por el medio radiofónico. Nacieron emisoras culturales y deportivas de la DDR y otras como DT64, dedicadas a un público juvenil con contenidos musicales.
La radio en la Alemania Oriental mantuvo su importancia hasta la caída del Muro de Berlín cuando poco a poco comenzaron su disolución para renacer sobre nuevas siglas alejadas del propagandismo.
La radio en los otros países del Este
Dependiendo del país, el dominio del gobierno sobre la radio fue mayor o menor. En Polonia, Hungría o Yugoslavia, más alejadas de la influencia de la URSS, la censura sobre la prensa era mucho más laxa, erigiéndose como un elemento de entretenimiento más distanciado del régimen. En otros estados como Rumanía o Albania de una línea más autoritaria, los medios de comunicación permanecieron en todo momento bajo un férreo control del gobierno. En estos dos países la radio fue desde el primer hasta el último momento de su época socialista una parte más del aparato político del Estado.
Después de la caída del socialismo y el establecimiento de nuevos sistemas políticos y económicos en la zona, los países han mantenido sus empresas de radiodifusión públicas cambiando la finalidad informativa hacia una radio más libre, más neutra, más plural y alejada de la línea propagandística que les caracterizó durante tanto tiempo.