4.3.- El documental. Tipos de documentales. El documental como documento cultural
Se denomina migrante a la persona que abandona su lugar de origen para buscar otro nuevo. Cada año, 1,9 millones de centroamericanos cruzan México para llegar a Estados Unidos. El camino no es fácil y es que, quienes eligen tomar la ruta de La Bestia, un mastodóntico tren de mercancías, también conocido como el tren de la muerte sufren un verdadero infierno.
Secuestros, extorsiones, violaciones, robos, agresiones, un reguero de fosas clandestinas de asesinados sin nombre. Pese a ello, el corredor migratorio entre México y EEUU sigue siendo el más transitado del mundo, pero también el más peligroso según la Organización Internacional para las Migraciones (OIM).
Esta cuarta entrada da comienzo con La Bestia, un documental del director mexicano, Pedro Ultreras, que relata la migración centroamericana a través de México. 29 migrantes, desde Chiapa hasta ciudades como Sonora, Ciudad Juárez, Nuevo Laredo o Reynosa. Temperaturas que han llegado a alcanzar los 65º centígrados en Mexicali uno de los puntos clave que marca la frontera entre México y Estados Unidos.
La carencia de educación, la explotación, el desempleo, pero sobre todo la pobreza, son algunas de las razones por las que miles de desamparados y desamparadas deciden decir adiós a sus familias, dejar sus hogares y emprender un viaje del que no sabrán si saldrán vivos o quedarán mutilados de por vida. Los migrantes solo ven oscuridad en el túnel, por eso, ante la desesperación crean una “falsa” esperanza: El Sueño Americano. Quienes se encauzan en este viaje llevan mochilas, para transportar alimentos o agua podemos imaginar, pero no. Son mochilas llenas de marihuana o de los pocos ahorros que les sirven como pasaporte de entrada a EEUU. Su desesperación por entrar es un beneficio para otros que se aprovechan y deciden estafar, abusar o incluso matar. Los asesinados, quienes valen menos que la bala que los mata.
“Para mí no es el sueño americano, es venir a buscar la muerte” relata Francisco el Nica, migrante de Nicaragua y vividor de duras experiencias en esta ruta.
La Fe Católica juega un papel muy importante en las vidas de muchos de los migrantes: “cuando vengo en el camino, por las noches, yo le hablo a Dios, le digo, Dios mío guárdame, cuídame Señor, porque yo no quiero perecer en este camino” cuenta Ana María López, migrante de El Salvador. La Fe es el motor que los mantiene despiertos, les da fuerzas cuando caen en desesperación o entran en pánico. Esta es la fuerza interior, pero en este camino repleto de obstáculos también hay otra presencia que tiene nombre: Las Patronas.
“Al migrante se le ve como una mercancía del que sacar provecho, no lo ven como un ser humano sino como un delincuente” declara Norma Romero, colaboradora de las Patronas. Ellas son las encargadas de ayudar a los migrantes que cruzan el país a lomos de La Bestia. Lo hacen desde hace 20 años. Son 14 mujeres de campo que cocinan y entregan sus bolsas con comida y agua a todos los que se aferran al tren. Su generosidad y bondad dan esperanzas a todos aquellos migrantes que no han tenido otra opción que salir en busca de una vida alejada de sus familias. Las Patronas también forman parte de esta ruta. Ellas dan un destello de luz en este túnel tan oscuro. Gracias a ellas sobreviven, ya que, para muchos, el agua es el único sustento que prueban en el viaje.
Ultreras ha concebido este documental como lo que hay, reflejar tal y como es la realidad, por desgracia una dura realidad. Muestra las impactantes declaraciones de muchos perfiles de migrantes. Alejado de controlar lo que podría ocurrir en aquel viaje, los planos son captados en el momento y cámara en mano lo que nos permite como espectadores adentrarnos en semejante situación, ya fuera en la oscuridad de la noche o en los días de desesperación. Y no olvidar el hilo conductor, la voz narradora que nos acompaña también en este viaje, a lo largo de los 77 minutos.
Al final, el director mexicano desea seguir con su investigación para mostrar el desenlace de los y las valientes a los que acompañó en la ruta de La Bestia. Algunos no pudieron alcanzar su meta, otros quedaron decepcionados con “El Sueño Americano”, ya que incluso querían volver a su ciudad natal junto a su familia, mientras que otros tuvieron más suerte y consiguieron la vida deseada, solo unos pocos.
«NO TE DUERMAS, SOBRE TODO NO TE DUERMAS”
Muchos periodistas han ido en primera persona a vivir la experiencia, a vivir lo que se siente ser un migrante al tener que escoger esta vía de salida, al escoger el tren de la muerte.
Jon Sistaga, licenciado en Periodismo y doctorado en Relaciones Internacionales, relata su viaje a bordo del tren, también denominado como el devoramigrantes: “correr un poco hasta ponerte a la misma velocidad que el tren y entonces saltar a la escalerilla del vagón procurando que la inercia que provocan las ruedas de acero no te succione. Decenas de migrantes han fallecido o han sido amputados de esa manera. He visto a algunos de ellos. Me han contado como se cayeron, o se resbalaron, o fueron empujados durante un asalto. Es el tributo que se cobra la Bestia”.
Y es que, en el documental de Pedro Ultreras, se les da voz a aquellos que perdieron extremidades de su cuerpo con consecuencias como no volver a andar nunca más. José C. Guardado, migrante de Honduras, viaja agarrado a una sola mano, ya que la otra la perdió en su anterior intento cuando cayó del tren al quedarse dormido. Su discapacidad no lo limita y continúa para lograr alcanzar la frontera y pasaporte a una “feliz vida”, además de una prótesis en Los Ángeles.
Todo esto nos revierte al pasado, entre 2010 y 2012, pero ¿ahora? ¿Qué está ocurriendo ahora?
Actualmente, la administración del presidente Biden ha impulsado la esperanza de los inmigrantes. Por ello, los traficantes de personas aprovechan y prometen falsamente que la frontera estará abierta al llegar a su destino.
Jenny Contreras, una guatemalteca de 19 años madre de una niña de 3 años, se derrumbó en un asiento cuando a un paso de su libertad, le denegaron la entrada.
- “No lo logré”, dijo por teléfono mientras hablaba con su esposo, un carnicero de Chicago.
- “¡Biden nos lo prometió!” gritó otra mujer.
La desesperación permanece 11 años después.
Además, como dato interesante la Patrulla Fronteriza busca concienciar a las personas sobre los riesgos del cruce a través de canciones.