4.4.- El videoarte y las artes. Contexto histórico y cultural del nacimiento del videoarte. Evolución: performance, teatro, videoclip.
Actualmente, el videoarte es una de las disciplinas más demandadas desde su aparición en los años 60. A día de hoy, se ha convertido en uno de los medios de expresión más utilizados debido, entre otras muchas cosas, a las innovaciones tecnológicas que se han dado en nuestra sociedad. Los avances electrónicos y digitales han sido un factor clave para su desarrollo. Así pues, se han transformado en tecnologías muy versátiles y accesibles para todos los públicos y, gracias a esta facilidad para crear nuevo contenido, podemos encontrar estos pequeños videos en cualquier lugar, incluso en redes sociales como Facebook o Instagram. Sin embargo, para muchas personas sigue siendo un término totalmente desconocido. A continuación, nos adentraremos en esta peculiar tipología audiovisual y descubriremos algunos de sus secretos más guardados.
El videoarte consiste en crear manifestaciones artísticas a través de la combinación de sonidos, música e imágenes en movimiento. Además, en este formato se pueden incluir otros elementos como pueden ser actores, diálogos y grabaciones. pues, al caracterizarse por ser un género tan abierto, resulta complicado establecer una definición y unos parámetros concretos. Es una tipología muy amplia y creativa que permite manifestarse de infinitas formas: Encontramos desde obras en formato digital hasta representaciones en directo de estos videoartes. Habitualmente, es el artista quién vende su trabajo y, posteriormente, su comprador será el encargado de decidir la manera en la que se expondrá. Sin embargo, éste suele tener en cuenta las recomendaciones de su creador. A pesar de sus amplias posibilidades de representación, suelen exponerse en lugares concretos, como pueden ser galerías o exposiciones que perjudican considerablemente su conservación, ya que la mayoría de estas obras son efímeras o acaban siendo adquiridas por centros de arte o museos.
No obstante, la principal característica que diferencia al videoarte del cine es que puede no incluir ningún tipo de narración. Es decir, su finalidad principal es la de transmitir un concepto o generar una sensación en concreto al espectador, no contar una historia como sucede en el caso del cine. Es cierto que esta tipología audiovisual aparentemente se acerca bastante a la televisión o al cine experimental en cuanto a su forma. Sin embargo, su intencionalidad se asemeja más a otras artes como pueden ser la pintura y la fotografía. Desde sus orígenes, el videoarte se centrado más en el arte y en la estética de los diferentes medios de comunicación. De esta manera, la televisión ya no es únicamente un electrodoméstico destinado a emitir noticias, programas, eventos o películas, sino que también se transforma en un aparato en el que se exponen además imágenes creadas por el artista.
Por este motivo, son muchos los artistas que han logrado alcanzar la cima del éxito, convirtiéndose así en verdaderos referentes dentro del universo del videoarte. Algunos de los artistas más destacados son Nam June Paik, Eija-Liisa Ahtila, Nan Hoover, Vito Acconci, William Wegman, Bruce Nauman y Chantal Akerman, entre muchos otros.
Como hemos podido comprobar, encontramos grandes artistas referentes dentro de este formato audiovisual. Sin embargo, no podemos pasar por alto el nombre de Nam June Paik, conocido por ser el padre y el máximo representante del videoarte. Así pues, este movimiento comenzó a desarrollarse en la década de 1960. El nacimiento del videoarte como expresión artística tuvo lugar en Estados Unidos, cuando, por aquel entonces, la televisión y el cine eran los líderes del entretenimiento.
Nam June Paik nació en Corea en 1932. Entre sus emblemáticas y variadas obras, encontramos esculturas de video, performances, vídeos, instalaciones y programas de televisión. Desde sus inicios, el pionero del videoarte estaba convencido de que tecnología y arte debían ir de la mano. Así pues, dio lugar a este nuevo arte vinculado con medios electrónicos y al cine expandido. Por este motivo, podemos afirmar que fue él quien sentó las bases de la imagen artística en movimiento y amplió el modo de comprender las artes a través de los medios de comunicación. El coreano destacó por su peculiar manera de trabajar con las imágenes y manipular los vídeos que, a día de hoy, siguen siendo uno de los formatos audiovisuales más empleados en los medios. Asimismo, se caracterizó por la utilización del televisor y la radio como objeto en algunas de sus obras o “esculturas, combinando así imagen e información.
En muchos de sus trabajos, también denominados “esculturas”, utiliza diferentes televisores donde, en cada una de las distintas pantallas, se exponen diversas imágenes en movimiento producidas por Nam June Paik. Lo podemos comprobar en Jungla de vídeo, una obra creada en 1977, donde las televisiones fueron el elemento esencial de su obra. Con esto quiso reflejar que los televisores además de su finalidad informativa, también contenían una cara artística oculta y podían ser elementos integrantes de cualquier ambiente.
Su obra Autopista eléctrica está compuesta por una serie de canales ultrarrápidos. En esta, se inspiró en la colocación de las televisiones en las tiendas y elaboró el vídeo-panel que las ubicaba contra una pared. Las imágenes que aparecían en sus pantallas eran rápidas, llenas de acción y color y estaban relacionadas con distintos conflictos bélicos. Los aparatos, en baldas a distintas alturas y acompañados de tubos de neón de colores, formaban el mapa de Estados Unidos. Como vemos reflejado en sus obras, trabajó en un contexto de crítica social, política y cultural feroz.
Entre otras cosas, también trabajó con otros artistas como Wolf Vostell. En este caso, se dedicaron a romper y ensuciar distintos televisores con la finalidad de criticar la dependencia de muchas de las personas a estos aparatos también conocidos como la “caja tonta” que en los últimos años habían alcanzado un éxito inimaginable. Querían hacer reflexionar a la sociedad acerca de los valores que los televisores transmitían. Este carácter crítico y reivindicador también lo encontramos en su obra TV Decollage: Nam June Paik se encargó de envolver con capas de papel algunos televisores. Además, fue un importante integrante del movimiento Fluxus, que cuestionó radicalmente las formas de hacer arte y renovó los canales habituales en el mundo artístico.
Como hemos podido comprobar, Nam June Paik es un ejemplo esencial de artista de videoinstalaciones o videoesculturas, ya que fue el primero en emplear televisores y radios para la creación de piezas artísticas basadas en la manipulación del vídeo y sonidos. Así pues, es innegable la gran presencia e influencia global que tiene, y su arte, innovador, y sus ideas visionarias siguen inspirando a una nueva generación de artistas.