4.1.- Concepto de vídeo. Diferencias respecto al soporte fotoquímico y la televisión.
La tecnología avanza sin pretextos que la frene. Por ello, incluso las obras más emblemáticas del cine han sido digitalizadas con la premisa de crear una mejora en la experiencia audiovisual, sin embargo, ello no corresponde a la conservación de las obras fílmicas.
Las razones por las que la digitalización no está considerada una opción de conservación por una serie de motivos respaldados por los más entendidos del mundo audiovisual. Una de ellas es la actualización constante de los programas multimedia, sabemos que la calidad de imagen se encuentra en constante avance y por ello, es costoso renovar constantemente los grandes clásicos. Además, existe la incompatibilidad de algunos soportes para su transformación a archivo digital. También, es importante tener en cuenta que cualquier cambio en el material audiovisual perjudica al soporte por lo que puede llegar a dañar los archivos.
No obstante, pese a que no se trate del método óptimo para la conservación, es necesario para su preservación. Es decir, los archivos deben ser tratados acordes a sus cuidados óptimos para mantener el mejor estado de las piezas audiovisuales; pero, también es crucial digitalizarlos si el proceso lo permite puesto que, de esta manera, su difusión sigue en auge.
Asimismo, cabe añadir que la digitalización es la transformación de lo analógico a lo digital y permite preservar las representaciones de la obra digitalmente, pero no la obra en sí misma ya que esta pasa a ser inútil en el proceso de la digitalización.
En cuanto a la obra original, su conservación es sumamente importante por lo que se crean espacios institucionales encargados de la protección de dichas piezas. El más relevante en la actualidad es la International Federation of Film Archives (FIAF). La institución se compromete al rescate, la colección, la preservación, la proyección y la promoción de las películas, que se valoran como obras de arte y cultura y como documentos históricos. Se fundó en junio de 1938, y en aquel momento contaba con cuatro miembros. Desde noviembre de 2020, cuenta con 172 instituciones en 80 países, lo que refleja hasta qué punto el patrimonio cinematográfico se ha convertido en una preocupación mundial. Tras más de 80 años de experiencia en este campo, la FIAF se ha convertido en la red mundial más importante de cinematecas y archivos cinematográficos.
Otra de las organizaciones líderes en la preservación de las obras fílmicas es la Film Foundation. Creada en 1990 y dedicada a proteger y preservar la historia del cine. Ha trabajado siempre en colaboración con otros centros donde albergan archivos y estudios. La fundación ha ayudado a restaurar casi 900 películas, que se ponen a disposición del público a través de programas en festivales, museos e instituciones educativas de todo el mundo.
La restauración de las obras audiovisuales es aquella parte que se desea ser menos utilizada en la conservación de los materiales, sin embargo, es una de las más características puesto que el deterioro de los filmes ha sido una realidad durante toda su trayectoria vital.
El cine al igual que cualquier otro arte ha sido marchitado en algún momento de la historia. A veces la ignorancia de algunos humanos ha conseguido que la coherencia deje de tener sentido. Por ello, nuestro patrimonio fílmico ha debido ser amparado por organizaciones dedicadas a su correcto mantenimiento.
Es cierto que la digitalización me las antiguas obras audiovisuales, son vitales para seguir desarrollando los principios de los medios en su historia. No obstante, sigue sin ser la vía adecuada para la conservación de las obras. El producto original, el celuloide que todos hemos observado alguna vez con cierta nostalgia y con la certeza de saber quede ahí procede la magia del cine, ha de ser cuidado conforme a sus necesidades. No somos nada si nuestra historia y mucho menos sin aquello que la ha escrito.