4.3. El documental. Tipos de documentales. El documental como documento cultural
Amy Winehouse fue una de esas estrellas fugaces que han pasado por el mundo de la música. Son personas con muchísimo talento y que marcan un antes y un después en un periodo de tiempo muy breve. Detrás de su figura y sus polémicas estaba una de las grandes voces de este siglo, pero las drogas, el alcohol y la prensa acabaron con ella. La historia siempre se repite. Era demasiado joven.
Yo siempre he admirado su música y ya sabía de su problemática vida antes de ver el documental Amy: La chica detrás del nombre, dirigido por Asif Kapadia, pero tras verlo sientes una cierta sensación de impotencia o al menos así me sucedió a mí. Por una parte, deseaba que siguiera viva para poder haberla visto cantar en directo y a la vez, al saber su historia, habría deseado que no hubiese seguido haciendo conciertos ni grabando canciones. Su mánager y amigo Nick Shymansky se lamentaba por no haber podido llevarla a rehabilitación en 2005 y que fuese ese el motivo por el que salió Back to Black su segundo y último disco que la puso en el punto de mira en todo el mundo. Es por eso por lo que este documental te lleva a pensar qué pesaba más si la salud de una artista o su talento.
El padre de Amy, Mitch Winehouse, tenía clara su posición, su prioridad era el dinero. En ese documental se muestra un aspecto de la vida de la cantante que no se conocía, y es la fuerte influencia que ejercía su padre sobre ella. Mitch abandonó su hogar cuando la cantante tenía 9 años y estuvo ausente toda su vida hasta que saltó a la fama. Es bastante triste ver las imágenes de aquel momento donde se aprecia a una Amy destrozada que le pregunta a su padre si cree que debería ir a rehabilitación, y su padre le dice que él la ve bien, cuando claramente no lo está.
Este biopic cuenta la historia de Amy basando su relato en entrevistas de la gente que estaba a su alrededor y en propios fragmentos de entrevistas que dio la artista durante su trayectoria. Se agradece esa ruptura con el típico busto parlante clásico de los documentales, recurso que solo se utiliza un par de veces. Visualmente se fundamenta principalmente en muchos videos caseros, ya que gracias al boom que hubo a principios de los 2000 donde muchos videoaficionados se dedicaban a filmarlo todo, hay mucho material inédito de la artista en su casa, de fiesta, de gira, en sesiones de fotos…
Blake Fielder fue pareja de Amy durante varios años, el amor que sentía la artista por él era de esos que te consumen hasta la médula, del que no puedes escapar. Se conocieron en 2005 cuando ambos tenían pareja y tras varios meses él la dejó, sumiéndola en una total desesperación donde la artista tocó fondo. Fue entonces el primer intento de llevarla a rehabilitación, pero en vez de eso creó Back to Black un disco donde habla de su historia con Blake, y es que la propia Amy decía que no era capaz de escribir ni cantar algo que no hubiese vivido en sus propias carnes. Su álbum anterior, Frank, no había tenido tanta repercusión, pero este fue el que puso a la cantante en boca de todos. Fue entonces cuando Blake volvió a su vida, aprovechándose de la fama que obtenía y de la dependencia que ella sentía por él, metiéndola así en el mundo de la heroína y el crack.
Amy no solo lidiaba con problemas paternofiliales, una relación tóxica y una adicción a las drogas y al alcohol, sino que también había desarrollado años antes a muy temprana edad un trastorno en la conducta alimentaria, Amy era bulímica. Los medios no tuvieron piedad con ella, pusieron los ojos de toda la población encima de ella, se hacían chistes sobre su enfermedad y sus adicciones, y en vez de preocuparse viendo que no estaba bien lo que decidieron fue seguir presionándola y acosándola, acabando con aquella chica tímida y un poco bocazas que le daba vergüenza actuar para un gran público. Es curioso ver esas imágenes de hace más de 10 años y ver cómo los medios pueden tener tanta influencia para acabar con una artista de semejante calibre ganadora de un Grammy.
Blake acabó en prisión y eso hundió a Amy, pero también se muestra en el documental cómo tras eso la artista poco a poco volvió a ser la que en su día fue. Se estaba recuperando a si misma. Estuvo durante 6 meses en la isla Santa Lucía apartada de los medios y de las miradas de la prensa hasta que su padre fue a visitarla con un equipo de la BBC, intentando aprovecharse de la fama que todavía desprendía esta artista. Tras este encuentro decidió volver y el empujón que necesitó para recomponer su vida fue una colaboración con el artista de jazz Tony Bennet, el cual era uno de los grandes ídolos de Amy.
Un pequeño rayo de esperanza parecía que bañaba la vida de la artista y todos los que la rodeaban estaban dispuestos a apoyarla. La artista no paraba de componer, quería sacar su tercer álbum y retomar todas aquellas amistades que había dejado de lado durante tanto tiempo. Hasta que un 23 de julio de 2011 se encontraba el cuerpo de la artista sin vida en su casa en Camden, sola. Tenía 27 años.
Para ver este documental no considero que tengas que admirar a la artista, simplemente tienes que estar preparado para empatizar y desear poder haber hecho algo por ella. Es triste ver todas aquellas oportunidades que podrían haber evitado ese destino, pero simplemente no sucedió así. Es por eso que creo que tras la visualización de esta obra se debe reflexionar sobre varias cuestiones. A mi en concreto me llama la atención como los medios se aprovecharon de ella y con que crueldad devoraron los restos de aquella chica joven que fue. A su vez, hay varios fragmentos donde se hace referencia al trastorno de alimentación que sufría Amy y sorprende ver el desconocimiento por parte de sus allegados y también la forma en la que los medios trataron a esta mujer que estaba enferma.
Como he dicho antes, la historia se repite, pero no debemos dejar que suceda. Como sociedad no podemos sentarnos a ver cómo una persona se autodestruye, y los medios no deben ser participes de este trato inhumano.