1.3. La aplicación de la perspectiva de género a los medios audiovisuales
En enero de 1962 se inició en la localidad de Salem, en Massachusetts, el juicio contra varias mujeres acusadas de practicar brujería. Las denunciantes, un grupo de adolescentes, empezaron a sufrir convulsiones y espasmos incontrolables durante un proceso que acabaría con la vida de veinte personar.
Josep Gavaldá
La brujería fue un proceso que se asocia a la Edad Media en manos de la Inquisición, donde las mujeres eran acusadas de brujería y quemadas. Sin embargo, lo cierto es que la caza de brujas no fue un acto explícito de la Inquisición, si no un proceso meramente político en el que los grupos de poder vieron interés en acabar con mujeres que se salían de la normalidad.
La caza de brujas tuvo lugar en la época de las luces y la ilustración, entre los siglos XV y XVII, con pensadores que impulsaron estos actos portadores de ideas que fomentaba el exterminio de un ideal de mujer que se salía de la labor de procrear y cuidar a su marido, estos filósofos eran personalidades como Descartes, Galileo siendo uno de los momentos clave para el auge del capitalismo.
Desde los inicios del cine hemos visto brujas de todos tipos y colores, feas, atractivas, basadas en hechos reales, seductoras, malas, buenas, etc. En general el papel de la bruja en el cine siempre se ha referido a una mujer maligna que hace ofrendas al diablo.
Para poder entender por qué surge esta masacre y su plasmación en el cine según la etapa de la historia es importante entender el contexto de cómo y por qué surgen las brujas:
En primer lugar, es importante situarse en la Europa del siglo XIV cuando la peste negra había acabado con gran parte de la sociedad desahogando de esta manera la sobrepoblación. Gracias a esta pandemia muchas familias habían pasado a tener una vida mejor económicamente y la mano de obra se reducía, además los campesinos ante el miedo a morirse comenzaron a desatender sus empleos y vivir al máximo lo que provocó que los pocos trabajadores que quedaban ganaran el derecho a imponer sus condiciones laborales.
Ante tal situación, la burguesía europea puso fin a esto estableciendo una serie de normas legales que afectaron a toda Europa, pero sobre todo a las mujeres que eran los pilares de la sociedad capitalista, una “especie peligrosa que había que controlar”.
La mujer conocida hasta entonces pasó de ser mujer para pasar a ser bruja, un ser malvado, devora niños, con un aquelarre y ligado a Satán. El cine desde sus inicios y al margen del tipo de bruja que sea siempre guarda unos elementos en común propios de las brujas:
El aquelarre, por un lado, pues una bruja que no forme parte de uno no estará completa, vemos estos signos en películas como las Brujas de Zugarramundi, Suspiria o la serie Akelarre de Pablo Agüero, pero ¿de dónde viene esta idea que el cine repite una y otra vez?
Como hemos dicho antes, las brujas surgen en el momento de cambio del feudalismo al capitalismo, y uno de los cambios que se llevaron a cabo fue los cercamientos de tierras, bosques, campos que pasaron de ser comunales a manos del estado, la iglesia o algún terrateniente. Esto produjo una revuelta dentro de la sociedad campesina y ante su respuesta se impusieron duras leyes. Sin embargo, la mujer en mucho caso no estaba registrada por el Estado y mucho menos se pensaba mal de ellas, esto hizo que los campesinos se organizaran en grupos de mujeres que se saltaban las leyes para poder recuperar este derecho y revelarse contra las altas élites. Esto provocó una infinidad de acusaciones de brujería y los vecinos se comenzaron a acusar entre ellos por miedo a ser quemados.
Una de las películas más famosas que nos habla de estos sucesos fue El Crisol estrenada en 1996, basada en hechos reales cuenta las acusaciones que tuvieron lugar en Salem en el siglo XVII donde los vecinos de este pueblo comienzan a acusarse de brujería entre ellos por temas tan banales como los celos.
Los juicios de Salem fue uno de los momentos más oscuros de la historia americana donde la vida de muchas mujeres fue arrebatada por acusaciones falsas, banales y sin sentido. La historia del cine no ha dejado de lado este suceso y hasta en películas actuales podemos ver guiños a este momento, como por ejemplo en la serie Sabrina el gato se llama Salem o películas como El retorno de las brujas estrenada en 2020 que comienza con el juicio de este momento histórico.
Otro gran mito que se relaciona a las brujas es el de comer niños como en Hansen y Gratel y la seducción al género masculino, la razón por la cual es cine representa este mito es sencilla, en el siglo XIV tiene lugar una crisis de población, hasta entonces las mujeres practicaban métodos caseros para los abortos y para prevenir los embarazos. Ante esta crisis la ley prohibió estas prácticas y las consideró de brujería. Este mito era una manera de atacar directamente al control de natalidad y poder controlar estas prácticas, por otro lado, el tema de la seducción era más evidente la mujer no tenía derecho de elección, de satisfacción o de opinión en temas sexuales. Cualquier mujer que se saliera de los estándares de dócil se podía acusar como bruja. Por otro lado, tenemos el tema de la magia ¿Por qué la magia es un elemento imprescindible para cualquier bruja en el cine?
Que sería de Maléfica, la bruja de la bella durmiente, sin magia o de la malvada bruja de Blanca Nieves. En el siglo XV la población popular recurría a remedios caseros, estos remedios eran elaborados sobre todo por ancianas que enseñaban estos ungüentos a sus hijas, la mujer se asociaba a la labor de cuidado y medicina natural, y en el paso al capitalismo esto era un punto muy negativo, pues si la sociedad creía que una pócima natural le daba fuerza, podía convertirse en una amenaza de revelación contra el sistema.
Desde la primera hasta la última película sobre brujas podemos ver una manera distinta de entender a las mujeres. En sus inicios la primera película con trama sobre brujas, titulada Haxan en 1922 compara las acusaciones de brujería de los siglos pasados con la histeria, un “trastorno mental” que se asociaba a las mujeres que se salían de los estándares de comportamiento aceptados por la sociedad. Con la llegada de Hollywood en los años 30 y sus primeros años de producciones tenemos películas como Blanca Nieves, La Bella Durmiente o El mago de Oz donde dejaban claras las virtudes que debía tener una mujer para ser una adorable hada o una malvada bruja.
En los años 60 las brujas dan otro giro y nos encontramos con series como Embrujada y películas como Mary Poppins, las primeras brujas buenas, sin embargo, vemos que sus labores se asocian a las tareas domésticas, magia dentro del hogar y el ideal de mujer perfecta de los años 50 y 60.
En los últimos años con el auge del feminismo y la lucha por los derechos de la mujer el cine nos muestra en pantalla brujas con otra cara como Maléfica o la última adaptación del Mago de Oz donde vemos las virtudes de estas malvadas brujas que pasan de ser antihéroes a heroínas para la gran pantalla.
Es otra pieza más que el cine adapta a sus tiempos, vemos como los ideales sociales se reflejan en el cine como un patrón a seguir. La bruja siempre ha sido una forma de atacar a la mujer, de etiquetarla o de controlarla. El cine ha adaptado la imagen de estas mujeres poderosas según sus intereses políticos y sociales dentro de cada etapa histórica otro signo que nos muestra una de las armas más poderosas de la conducta social.