5.3. Nuevos medios de comunicación
La salud mental es igual de importante o incluso más que la física. Esto es un hecho y parece que cada vez se está normalizando más. Poco a poco términos como “depresión” o “ansiedad” dejan de tener el significado de enfermedad de un loco para convertirse en trastornos que nos acompañan en nuestro día a día.
Figuras muy representativas y que ayudan a dar visibilidad a esta parte de la salud son los influencers o creadores de contenido. Son muchos los que están intentando que la salud mental no sea tabú, por ejemplo María Pombo, reconoció en el programa El Hormiguero que ella iba al psicólogo debido a la presión que supone su trabajo. Esta es una buena forma de normalizar este término ya que seguidores de estos perfiles se pueden sentir identificados. De este modo se da a conocer un ámbito que, desde hace años, ha estado ocultado o infravalorado.
Según el diario digital ElIndependiente.com Vicente Prieto, vocal de la junta de gobierno del Colegio de Psicología de Madrid, señala que es importante que se hable con toda la libertad del mundo «para romper el estigma» que existe. «Los profesionales intentamos que se vea con total normalidad», sostiene.
Sin embargo, detrás de todos estos gestos que me parecen valientes y muy gratificantes veo una realidad un tanto distorsionada.
Todos los influencers asumen que nos tenemos que permitir estar mal e intentan dar visibilidad a esta problemática pero, ¿por qué ninguno reconoce cuando ellos mismos están mal? ¿Por qué no ejemplifican ocasiones en las que se sientan así?
Desde mi punto de vista y a modo de opinión veo algo de hipocresía en estos mensajes que se lanzan. “Que a mi los comentarios negativos no me afectan, pero a otra persona más débil le puede afectar”, “quizás antes me podía afectar pero ahora ya no” son algunos de los ejemplos que llevo escuchando durante mucho tiempo.
Todos intentan evadir el hecho de que los comentarios negativos les afectan, pero… ¿por qué? Si ellos mismos son los que reivindican la importancia de reconocer cuando se está mal e inseguro.
No he visto a ningún influencer reconocer que los comentarios negativos le afectan, ¡cuando es lo más normal del mundo! Además, tienden a echarle las culpas a un tercero, “esto lo digo para aquellos a los que le pueda afectar pero…” No me creo que todos sean fuertes y no tengan problemas.
Si son tan sinceros y abiertos para hablar de la salud mental deberían también normalizar que dichos comentarios afectan, de lo contrario, están mintiendo y engañando a su audiencia.
Para mi, como consumidora, me gustaría ver a algún influencer que se muestre tal y como es y que asuma que tiene inseguridades que le hacen sentirse mal por comentarios negativos, seguro que alguno hay. Me sentiría más identificada con su discurso.
Es una contradicción que se abanderen de un término como lo están haciendo para después ponerse una coraza de valiente a la que no le afectan los comentarios de odio.