1.1. Historia y evolución de los medios audiovisuales (segunda mitad del S.XX y S.XXI)
La televisión es esa pequeña pantalla con la que la generación de nuestros padres creció. Muchos de los llamados ‘baby-boomers’, nacidos en los años 60, disfrutaron en su infancia de las primeras emisiones de entretenimiento en la televisión pública. Un medio del que se decía, destronaría a la radio como instrumento informativo y de ocio aunque al final supieron coexistir.
Del blanco y negro al color, del monopolio estatal de RTVE a la irrupción de las generalistas privadas, la televisión ha mantenido un nivel de evolución y progreso tecnológico desde su nacimiento que le ha permitido diversificar su público para mantenerse en lo alto durante décadas.
Sin embargo, parece que la población que un día la vio crecer, permanece fiel a la ‘pequeña pantalla’, mientras que las nuevas generaciones cada vez se muestran más reacias a quedarse solo con una de las tantas ofertas de entretenimiento e información que existen en la actualidad.
La edad media de los espectadores de televisión en España es de 55 años según un estudio de Dos30’ con datos de Kantar Media de 2019. En las cadenas autonómicas esta cifra alcanza los 60 años, lo que en definitiva quiere decir que la mayoría de los espectadores de la televisión en nuestro país, o están jubilados, o al menos tienen la edad de los padres de la Generación Z.
Internet en 2019, superó a la TV no solo en consumo global, sino también en inversión publicitaria. Las nuevas generaciones han apostado por entretenerse fuera de los medios tradicionales, acudiendo durante años a Youtubers y más recientemente a los streamers.
Estudio de Statista sobre el consumo de horas diarias de TV e internet e inversión publicitaria.
Existen muchos perfiles de audiencias para explicar el por qué del fenómeno de la plataforma Twitch en estos últimos dos años, uno de ellos es la edad de la audiencia. Los jóvenes a diferencia de los mayores, son más activos en el universo de las redes sociales y las plataformas de entretenimiento. Aquellos que se dedican a entretener desde sus casas, más que ‘jóvenes vagos sin un trabajo de verdad’, son expertos en moldear y tratar a su audiencia para conseguir los contratos publicitarios que la TV está perdiendo.
Hace unos meses, el streamer TheGrefg, consiguió reunir a más de 2,5 millones de espectadores en un directo en el que mostraba como la desarrolladora del videojuego Fornite, le incluía a él como personaje del propio juego. 2,5 millones, es lo que tiene de media un show en prime time como El Hormiguero 3.0. Y esta cifra con solo 1 persona detrás.
Al conocido streamer Ibai Llanos, se le ocurrió competir de tú a tú en una celebración tan televisiva en España como son las campanadas. El joven vasco, junto con sus amigos, consiguió congregar la pasada nochevieja a más de medio millón de personas, con un despliegue técnico ridículo si se compara con las televisiones. Superó en cifras a Cuatro y LaSexta.
Con la pandemia, la televisión ha vivido una crisis publicitaria que le ha obligado a reestructurarse e incluso a pedir ayudas estatales para subsistir. A diferencia de lo que ocurrió con la radio en los años 50 donde por estructura, un medio no podía sustituir a otro, en pleno siglo XXI el contexto tecnológico es diferente. Las nuevas formas de entretenimiento pueden terminar de aplastar a una televisión que lleva años en decadencia. Si bien no se extinguirá, el modelo de negocio podría cambiar para siempre, haciendo que la mayoría de contenidos que vemos hoy día, dejen de ser rentables porque las marcas prefieran apostar por creadores de contenido independientes que colocan mucho mejor sus productos que la televisión.
Los medios tradicionales, heridos, han creado campañas de desprestigio contra esta generación de ‘entretenedores digitales’ ante la pérdida de reconocimiento y prestigio. Fue más que evidente cuando saltó la polémica sobre la mudanza de ElRubius por la presión fiscal española. Aquel episodio mostró la fortaleza real que tiene el sector de Internet, pues aún con compañeros en desacuerdo con la decisión del Youtuber más famoso de España, la mayoría cerró filas y salió a denunciar el tratamiento que se da a los creadores de contenido en los medios. Un terremoto mediático que terminó por manchar y mucho a las televisiones.
Desde entonces, muchos han recogido cable, (sobre todo aquel periodista que llamó ladrones a los youtubers, ejem Javier Ruiz) por lo que me planteo qué camino escogerá la televisión para el devenir de su futuro a medio plazo. ¿Sobrevivir o coexistir? Lamentablemente para la televisión, su periodo de hegemonía ha terminado y ya todo, incluso la agenda mediática, se escapa del control de sus manos. Saben que iniciar una guerra que no pueden ganar, podría significar el principio del fin, por lo que tendrán que arrodillarse ante los nuevos reyes del entretenimiento y modernizarse de arriba a abajo. ¿Quién decía eso de renovarse o morir…?