1: Historia y evolución de los medios audiovisuales
Los medios audiovisuales siempre están en entredicho. Su credibilidad pende constantemente de un fino hilo que en cualquier momento se rompe. Sin embargo, nunca lo ha hecho, o al menos no hay ningún ejemplo de ello. A lo largo de la historia, medios como la televisión o la radio han tenido errores casi imperdonables, pero siguen, a día de hoy, aglutinando a millones de personas. Su poder es indestructible y su credibilidad infinita.
En una sociedad que camina con decisión hacia la inmediatez y el “yo primero”, los medios audiovisuales juegan un papel clave. Periódicos o revistas no tienen la capacidad (a no ser que vengan de Hogwarts) de modificar su contenido de un momento a otro. Si la edición de mañana de un periódico como El País se cierra a las 3:00, todo lo que ocurra a partir de esa hora no se podrá poner en esa primera tirada inicial. La televisión, la radio o cualquier otro tipo de medio audiovisual tienen la capacidad de reinventarse, de ser los primeros en dar la noticia.
Esto, por supuesto, es una ventaja tremenda. Les otorga un poder, si es correcto llamarlo así, que los medios más tradicionales no tienen. Sin embargo, el que mucho abarca poco aprieta, por lo que esta ventaja puede dar lugar a caer en fallos que son pecado dentro de la profesión. ¿A qué me refiero? A no contrastar los datos, a maquillar el hecho y, en general, a todo tipo errores que cualquier medio serio no debería tener.
Además, otro gran fallo que quita credibilidad a los medios es endulzar o agravar ciertos datos según el signo político de la cadena. El mayor ejemplo lo tenemos en RTVE, donde la información nunca perjudicará al partido político que gobierne en ese momento. Al mismo tiempo, las cadenas privadas tienen un sesgo ideológico claro que se puede apreciar con tan solo ver sus informativos. Es por ello que recomiendo leer mi artículo sobre Las influencias de los medios audiovisuales en el comportamiento de la gente para entender la importancia de no dejarse influir por lo que vemos en los medios audiovisuales.
En agosto de 2020, TVE tuvo un error que dio bastante de que hablar. En la primera edición (mediodía) del telediario de La 1, se mostró un gráfico sobre la evolución del producto interior bruto (PIB) de España en la última década. Inmediatamente, las redes sociales estallaron y se quejaron sobre la verosimilitud del gráfico. En la segunda edición del telediario los presentadores pidieron disculpas y enseñaron el gráfico correcto.
En cualquier caso, si uno se para a analizar de manera exhaustiva y detallada a todos los medios audiovisuales más importantes, se dará cuenta de que muchas veces su credibilidad quedará en entredicho. Y esto no quiere decir que sean malos, al revés, en los medios trabajan profesionales de alto nivel que ofrecen noticias o reportajes de muy alto nivel. Simplemente su credibilidad, en líneas generales, queda en entredicho por un detalle importante: los medios audiovisuales son, a día de hoy, empresas que solo buscan el beneficio económico.
En definitiva, depende de nosotros el otorgar a cada medio la credibilidad que merece. Todos tienen credibilidad, pero es cierto que se mueven por unos intereses de los que hay que ser consciente.