Maruja Callaved, la precursora de masterchef – Begoña Amat

1.3. La aplicación de la perspectiva de género a los medios audiovisuales

Aunque yo nunca hubiera sido una experta cocinera, admiraba las artes culinarias como la que más. Mis recuerdos, tanto los buenos como los malos, están vinculados a un plato de comida. Hoy era un domingo soleado y mi estómago sabía que tocaban migas aragonesas. Mi plato favorito.

Para hacer unas deliciosas migas aragonesas se debe remojar el pan durante unos instantes y luego escurrirlo con un trapo de cocina. Se sofríe el ajo, el chorizo, la longaniza y la panceta y acto seguido se añaden las migas escurridas. Una vez estén sueltas y doradas, se corrige la sal y se sirven con un racimo de uvas verdes.

Estaba dándole las últimas vueltas cuando mi marido entró por la cocina intentando pinchar en la sartén; él también era un gran admirador de las migas. Me fascina cómo un plato tan sumamente sencillo puede ser tan delicioso.

Comimos en silencio, escuchando el sonido de Madrid por nuestra ventana. Comer las migas de mi tierra siempre me ponía algo nostálgica y Antonio, mi marido, lo respetaba regalándome el silencio. Yo nací en Jaca y siempre quise ser profesora, estudié filosofía y letras. Me licencié también en Magisterio, pero al llegar a Madrid me enamoré del ritmo vertiginoso de la capital y supe que tenía que formar parte de él. Hacía ya varios años de aquello, ahora presentaba los informativos de televisión española, y aunque suene pretencioso y jamás lo diría en voz alta, sienta bien ser una mujer presentadora de informativos en Televisión Española; no somos muchas las que lo conseguimos. Cada vez que alguien me saludaba en el mercado diciéndome que me veían por la tele, me llenaba de orgullo y les decía que la próxima vez que estuviera prestando, estaría pensando en ellos. Y era cierto, jamás he olvidado una cara.

Aquel día me sentía inquieta y hasta Antonio me preguntó que si me pasaba algo, yo le dije que no pero él me contestó que siempre que me dejaba un poco de migas en el plato era porque algo me rondaba la cabeza. Que bien me conocía. Lo cierto es que el viernes pasado cuando iba de salida del trabajo, uno de mis jefes se me acercó y me dijo que el lunes tenía una propuesta que hacerme, le confesé a Antonio que eso me tenía un poco inquieta. Él se rió, me dijo que seguramente sería un ascenso y se fue a por más vino para brindar.  Me calmaba saber que para él todo estaba siempre bien. Aunque su fe siempre era reconfortante, no podía evitar seguir sintiéndome algo ansiosa por el día de mañana.

Por fin se hizo lunes y en cuanto llegué a las oficinas de televisión española me dirigí a toda prisa al despacho de mi jefe. Abrí la puerta y allí estaba, repantigado en el sillón con su cigarro de rigor de las 8:30 de la mañana. Me miró de arriba abajo y dijo:

  • Maruja, hay que inventar algo para antes del Telediario 1. Piensa algo para las mujeres, que a esas horas son las que están en casa.

Halagada como me sentía no pude evitar una punzada de decepción. Esperaba algo como un ascenso a redactora jefa de los informativos. No me gustaba sentirme encasillada en mi rol femenino y sin duda esta propuesta lo era. Anduve por el pasillo con algo de rechazo a la idea pero cuando pasaron unas horas supe que también era una oportunidad para hablar con las mujeres de España y contar cosas útiles con las que aprendieran. También le di vueltas al tema sobre el que hacerlo, no quería hablar de moda femenina porque a parte de que era algo que nunca me había interesado, sabía que las mujeres eran algo más que ponerse bonitas. Me fui a casa pronto aquella tarde a la espera de que la bombilla con la idea se me encendiera.

En cuanto abrí la puerta lancé los zapatos, estaba empezando a oscurecer y la casa estaba en penumbra, la dejé así. Fui a la cocina y me serví una copita de vino tinto, para aclarar las ideas, recalenté las migas que me habían sobrado del día anterior y me fui al balcón. Hacía frío, pero me gustaba, era como una bofetada de realidad que aclaraba mis ideas. Tomé el primer bocado de las migas y lo acompañé de un trago de vino. Observé a la gente mientras terminaba el plato y el vino. Me sentía reconfortada. Las recetas tradicionales siempre ayudan a calmar la incertidumbre.

Entonces lo supe. El programa iba a ser sobre la cocina. Cualquier mujer puede y sabe cocinar, pues así se le ha sido impuesto a la mujer española durante mucho tiempo. Pero le daría un giro de tuerca, no iba a ser para que las mujeres les cocinasen ricos guisos a sus mariditos sino que les iba a enseñar sobre las propiedades de ciertos alimentos, recetas de otras regiones y cuáles son los fundamentos de una dieta saludable. Al final iba a aunar mi vocación de profesora con mi pasión por la televisión.

Mis jefes se mostraron entusiasmados con la idea de que sus mujeres cocinasen platillos de toda España, lo que ellos no sabían es que iba a ser mucho más didáctico que todo eso. Así fue como en 1967 llegó a España el primer programa de cocina de la historia. “Vamos a la mesa”.

Llevaba el programa en antena 1 semana cuando fui al mercado con mi marido, una avalancha de señoras se me acercaron a pedirme consejo sobre qué frutas y verduras tienen mejor calidad, qué trucos les podía dar sobre cómo limpiar un pescado y un sinfín de preguntas más que con gusto traté de responder. Tuve que formarme intensivamente en la cocina para poder desempeñar mi papel con honradez y rigor. Pasados unos meses ya podía considerarme bastante cocinillas. Las mujeres me seguían preguntando cosas a las que yo cada vez era más hábil en su respuesta. Las españolas estaban ávidas de conocimiento de cualquier tipo y yo estaba encantada de dárselo aunque fuera solo 10 minutos al día.

Pasaron los meses y aunque el programa era un éxito en toda España, lo cancelaron. Aquel día enfurecida abrí la puerta del despacho de mi jefe, por supuesto estaba repantigado en el sillón fumándose su cigarro de rigor de las 8:30 de la mañana. Le grité que por qué había quitado el programa si tenía unos números de audiencias excelentes. Él se limitó a decir que lo bueno y breve es doblemente bueno. Jamás había sentido tal nivel de enfado. Yo sabía de buena tinta que esta práctica era muy habitual para evitar que al presentador con éxito se le subiera la fama a la cabeza. Pero es que yo no era un hombre que fuese a alardear de su éxito con las jovencitas y a llegar tarde y borracho a trabajar. Yo era una mujer joven y casada con una pasión y una disciplina con su trabajo muy fuerte.

Como mi marido me dijo más tarde, no era el fin del mundo puesto que mis jefes me habían ofrecido otro programa junto a Blanca Álvarez llamado “nivel de vida”, donde le hablaríamos a las amas de casa de decoración, salud y cosmética. Aunque no suponía dejar la televisión me sentí triste por la pérdida de algo que era enteramente mío, construido con tesón y  donde había volcado un trocito muy personal de mi alma, la comida.

Mi carrera perduró durante los años y aquel programa cayó en el olvido pero aún hoy queda alguna de aquellas señoras de antaño que me pregunta, “¿es usted Maruja la de “vamos a la mesa”, es que me gustaría saber qué opina sobre si debería comprar esta sandía o mejor esta otra?”. Me gusta pensar que formé parte de muchos hogares españoles donde aquellas mujeres y yo aprendimos sobre la ciencia de los alimentos y sobre todo dejamos de ver la cocina como algo para el disfrute de nuestros maridos y ese programa se convirtió en el único momento de aprendizaje para muchas amas de casa.

Maruja Callaved fue la primera presentadora que trajo a la televisión española el concepto de un programa de cocina. A raíz de este programa han surgido programas más conocidos a día de hoy como “cocina con Arguiñano” o “Masterchef”. No debemos olvidar a las pioneras de la televisión que nos representaron cuando nadie más lo hacía.

Maruja Callaved presentando “Vamos a la mesa”

Maruja Callaved presentando “Vamos a la mesa”

Bibliografía:

https://www.youtube.com/watch?v=rmPHZyidaWU

https://www.youtube.com/watch?v=8G9g7sggc7M

https://www.youtube.com/watch?v=58oxz0gQM-E

https://www.elmundo.es/television/2018/01/10/5a55f561ca4741b92e8b463b.html

https://cadenaser.com/emisora/2018/01/09/radio_zaragoza/1515526703_987586.html

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