4.4 El videoarte y las artes. Contexto histórico y cultural del nacimiento del videoarte. Evolución: performance, teatro, videoclip
Desde el inicio de los tiempos, la música ha servido a las sociedades de nuestro planeta para reflejar sentimientos, experiencias, recuerdos, estados de ánimo… y un larguísimo etcétera. No sólo forma parte de nuestra vida diaria, sino que a día de hoy sería impensable vivir en un mundo donde la música no fuera el principal protagonista de nuestra rutina. Con infinitos ritmos, numerosos géneros y tan solo siete notas musicales, es fundamental en el día a día de cada uno de nosotros.
Pero, ¿qué hay de los artistas LGBT? ¿Hay representación del colectivo en el mundo de la música? “Sí”, podríamos afirmar con voz temblorosa. En el mercado musical actual, y sobre todo por la irrupción de la Generación Z como usuario protagonista en las plataformas audiovisuales, se ha producido un cambio en la estética del “cantante cánon”, ese prototipo de artista en el que se basan todos los cantautores. La generación de los Millenials estuvo fuertemente marcada por las boybands/girlbands pero, ¿qué estética se refiere a los más jóvenes de ahora?
En la música urbana, la que más triunfa entre la Generación Z, podemos observar que hay un patrón que se repite: esa necesidad del artista de ser completamente diferente a todos los demás. Y es por eso por lo que encontramos, cada día, personajes más extravagantes intentando encontrar un estilo propio. Sin embargo, cabe recalcar que esta tendencia no la han inventado los artistas de ahora.
La cultura LGBT se ha caracterizado, desde sus primeras representaciones públicas sobre los años 70, por lo pintoresco, lo grotesco y lo que se sale de la línea. El autor heterosexual, después de oprimir y criticar el modo de vestir, actuar e interactuar de los artistas LGBT, roba su cultura y la rebautiza inadecuadamente como “vanguardia”. Caso parecido se da en el término “apropiación cultural” con el problema del racismo.
El primer videoclip de la historia data del 1957, y vino de la mano de Elvis Presley con su exitosa canción Jailhouse Rock. Desde entonces no han sido pocos los artistas que han intentado innovar en este género cinematográfico. La cantante islandesa Björk fue la primera cantante de la historia en sacar al mercado un videoclip en DVD, con la canción All is full of love.
Aún y con todo, quizá uno de los videoclips más icónicos para el colectivo LGBT de la historia fue I Want To Break Free (1983) de Queen. Esa imagen de Freddie Mercury vestido de mujer, sin tapujos, pasándoselo bien, junto a los otros integrantes del grupo es quizá una de las imágenes musicales más polémicas de finales del siglo XX. En Estados Unidos, presidido por Ronald Reagan por aquel entonces, el rechazo fue tal que la MTV prohibió su difusión.
Estos fueron los comienzos de una tan necesaria visibilidad LGBT en el mundo de la música pero, ¿y ahora? ¿Qué artistas son los abanderados musicales de la lucha del Colectivo?
En 2015 llega Hayley Kiyoko a reventar el panorama adolescente con el single Girls Like Girls. Es una canción que estuvo muy asociada a la estética alternativa de la red social Tumblr hace siete años. Entre estos se encuentran cantantes como Halsey, Twenty One Pilots o Troye Sivan. Este último también visibilizó en Tumblr al colectivo LGBT declarándose abiertamente gay y representándolo en sus videos musicales. Sin embargo, el impacto de Girls Like Girls fue diferente. No era algo a lo que estábamos acostumbrados. Kiyoko ayudó de una forma significativa a sus fans a salir del armario con sus familiares y amigos, la mayoría inscritos en la plataforma Tumblr.
El vídeo muestra a una chica con su amiga (Coley y Sonya, respectivamente, denominadas así por la autora y directora del vídeo). En las escenas del videoclip observamos que Sonya tiene novio, pero que ambas chicas tienen cierta tensión amorosa que no logran resolver. La catarsis del videoclip viene cuando, en una reunión de amigos, el novio de Sonya sorprende a Coley y a esta casi besándose. El chico aparta inmediatamente a Coley estirándola del pelo y empujándola brutalmente contra una piedra, causándole unas heridas en la cara. Coley reacciona y salta sobre él, dándole puñetazos hasta que Sonya consigue apartarlos. Ambas se besan y Coley sonríe mientras monta en bicicleta con sus heridas en la cara.
Después de este vídeo y con la extensión de la estética alternativa a la plataforma global Twitter, numerosos artistas, como los ya antes mencionados, se sumaron a la visibilidad del colectivo LGBT saliendo del armario o rodando videoclips que ayudaran a representar a esta minoría. Por ejemplo, Olly Alexander, vocalista del grupo Years&Years, desde entonces y hasta la actualidad ha realizado numerosos eventos de representación LGBT, siendo la más reciente la miniserie It’s a sin, la cual muestra la realidad de los adolescentes gays en los años 80/90 durante el peor momento del VIH/SIDA. También cabe destacar Tove Lo, cantante sueca abiertamente bisexual, que desde su éxito mundial Habits (Stay High) nunca ha dudado en poner rasgos de su condición sexual en sus videoclips. Entre estos se encuentran cortometrajes de 20/30 minutos que aglomeran todas las canciones de un determinado álbum y cuentan una historia completa.
En España, por otra parte, son muchos los artistas abanderados de la lucha LGBT dentro del panorama musical. Es quizá la mayor representante de las travestis y drag queens en España la artista Samantha Hudson, la cual con su humor fresco, innovador y singular ha conseguido conquistar el corazón de los usuarios de las redes sociales. Además de cantante e influencer humorística, también lucha por los derechos de todo aquello que se salga de la heteronormatividad, especialmente en cuanto a la parte del colectivo más afectada por la lucha de clases.