4.3. El documental. Tipos de documentales. El documental como documento cultural
En los últimos días, la polémica que rodea a la estrella del pop estadounidense Britney Spears ha estallado a causa del reciente estreno del documental producido por The New York Times, ‘Framing Britney Spears’, que investiga cómo perdió la artista su libertad.
Un gran número de señales y pruebas que han sacado a la luz personas involucradas en la vida de la joven, demuestran que el padre de Britney, poseedor de su tutela desde 2008, la tenía “secuestrada” durante meses, sin contacto con nadie y la ha internado en un centro de salud mental en contra de su voluntad.
Los recientes juicios entre ella y su padre, Jamie Spears, por la custodia de su tutela han provocado que las calles se llenen de fans y manifestantes que defienden la libertad de la cantante y las capacidades que dispone para decidir por sí misma, como mínimo a la persona o entidad que desea que se haga cargo de controlar su dinero y posesiones, además de las decisiones en cuanto a su vida artística.
El documental dirigido por Samantha Stark y producido por Jason Stallman, Sam Dolnick y Stephanie Priess tuvo como fecha de salida el 5 de febrero en Estados Unidos en los canales FX y Hulu, pero no se estrenó en España hasta el 22 de febrero, donde se pudo ver de forma exclusiva en el canal Odisea.
La obra audiovisual profundiza en la decadente situación actual de la cantante de 39 años, a través de un recorrido por toda su carrera, para lo que el equipo ha recopilado los mejores y peores momentos de su vida, basándose en testimonios de personas cercanas a la joven y activistas del movimiento #FreeBritney.
Entre todos estos vídeos encontramos su lanzamiento a la fama, siendo una niña que pronto sexualizaron como podemos ver en el programa The Mickey Mouse Club, donde el presentador le preguntaba a sus solo diez años por qué no tenía novio y si él no le gustaba. Más tarde, aparece en entrevistas en las que, de la misma forma, ahora unos años más mayor, tiene que someterse a comentarios del conductor del programa como “todo el mundo habla de tus pechos” o “¿eres virgen?”. Se creó a su alrededor una imagen de niña dulce y, al mismo tiempo, un mito erótico, algo bastante preocupante a mi parecer.
Siempre estuvo en el punto de mira de las críticas tanto para bien como para mal y cuando su relación con el Justin Timberlake se rompió, el artista se encargó de culpabilizarla públicamente, a lo que los medios solo escucharon su versión, tachándola a ella de infiel y borrando su imagen infantil de niña buena. Él era la víctima y ella la arpía a la que las madres de América odiaban.
A partir de ese momento todo en su vida comenzó a desestabilizarse. Su segunda relación acabó en divorcio tras el nacimiento de su segundo hijo. Los paparazzi que siempre habían tenido buena relación con ella, ahora la acosaban en cualquier lugar a donde fuera y en cualquier momento, no bastaba con que ella colaborase, empezó la lucha por las fotos comprometidas. Su asistente y algunos paparazzi cuentan en el propio documental cómo sucedieron las famosísimas fotografías que destruyeron su imagen cuando se rapó el pelo para que nadie se acercara a ella o cuando golpeó con un paraguas el vehículo de uno de los fotógrafos. Pero no solo era acosada cuando iba sola, son desoladores las imágenes en las que la vemos llorando con su bebé en brazos por la presión y la inexistencia de su vida privada. Llegaron las especulaciones sobre su salud mental, sus ingresos en centros de rehabilitación y hospitales dieron lugar a numerosas portadas.
Este fue el motivo por el que las autoridades decidieron quitarle la custodia de sus hijos y establecer una tutela para la artista porque pensaron que no estaba en sus plenas capacidades para tomar decisiones por sí misma.
La persona que se encargó de tutelar a la estrella fue su padre, Jamie Spears, una persona con problemas de alcohol, que había estado prácticamente ausente durante la adolescencia de su hija y solo tenía intereses en los temas económicos que la rodeaban. En Framing Britney Spears se expone claramente como su figura paterna la controlaba hasta el punto de no poder tener contacto con nadie que no fuera él, firmaba contratos y trabajos sin consultarle a ella, manejaba sus redes sociales, etc. Ahora mismo él es quien tiene el control de su carrera, lo cual ha llevado a la cantante a tomar la decisión de que no trabajará más en beneficio de éste. En los últimos años Britney llegó a estar completamente desaparecida, por lo que un grupo de fans a cargo de un podcast sobre su vida en instagram decidieron investigar sobre lo que pasaba, creando así el movimeinto #FreeBritney que ha sido la herramienta clave para la grabación de este documental.
Los testimonios de los seguidores de la cantante junto a los de los abogados ocupan la última parte de la obra de Samantha Stark. Podemos ver explícitamente como son las protestas y lo que sucede en los juicios que han tenido lugar desde 2019. A pesar de lo que cuentan sus abogados, que apoyan que Britney está en plenas facultades de tomar las decisiones, especialmente sobre quién quiere que administre su patrimonio de 60 millones de dólares, que, desde luego, no es su padre.
Samantha Stark, Mary Robertson y Liz Day, quienes realizaron este audiovisual, ofrecieron una entrevista a The Hollywood Reporter, en la que hicieron referencia a la posibilidad de hacer una secuela por toda la información que no se pudo contar. Además, una nota al final del documental señala que trató de contactar a la artista para pedirle que participara, pero «no está claro si recibió esas solicitudes».
“Yo estoy donde estoy porque tengo control. Tienes que tenerlo. De lo contrario la gente te atrapará”, decía Britney en su día sin saber cómo iba a ser su futuro. Es triste ver como la princesa del pop ha sido siempre la gran perjudicada, mientras todo su alrededor se estaba lucrando de ella, incluso podría decirse ahora que quién sabe si no lo está haciendo el propio New York Times.