Los orígenes del mal: odio por causas religiosas – Marta Nevot

5.3. Ciberespacio

Un tour guiado de tres horas y media, sin hacer cola en taquillas, por el campo de concentración Auschwitz-Birkenau, cuesta 15,70€. Un precio simbólico que intenta llevar el holocausto a quien desee conocerlo. Entiendo, – y espero- que la mayoría de los visitantes pasan por momentos de tensión, agobio y angustia en aquel lugar. De nuevo, entiendo, – y espero- que salen siendo un poco más tolerantes y sin gana alguna de que aquello se repita.

Pero entonces ocurren cosas como la manifestación del pasado 13 de febrero en el cementerio de la Almudena, donde se gritaba: “El judío es el culpable. El enemigo siempre va a ser el mismo”. Las redes sociales jugaron un papel clave en la difusión de los vídeos y los perfiles de los asistentes. La mayoría de los comentarios relacionados con publicaciones de aquel acontecimiento mostraron desprecio, pero no debemos olvidar que cuanto más se comparte algo, más probabilidades hay de que llegue a las mentes que no debe.

 La presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen, declaraba a finales de enero que «ahora que los infundios conspiratorios se propagan en las redes sociales», es importante educar a las generaciones jóvenes contra el antisemitismo. Y afirmaba: «Según se propaga la desinformación, las autoridades, las plataformas sociales y los usuarios deben colaborar para velar por que no se distorsionen los hechos históricos, ni en las redes ni fuera de ellas».

Titular de eldiario.es 26/02/2020

Titular de eldiario.es 26/02/2020

Los judíos reciben buena parte de los bulos y mensajes de odio de las redes sociales, pero no son los únicos.

La islamofobia se define como la aversión hacia el islam, los musulmanes o lo musulmán, según la Real Academia Española. Aunque el término se acuñó a finales de los años 80, la curva islamofóbica ha crecido exponencialmente desde el año 2014, cuando el Estado Islámico comenzó sus ataques terroristas en los cinco continentes.

 En el ámbito de los medios de comunicación, el 70% de las noticias publicadas sobre el islam incurrieron en un discurso islamófobo, según un estudio del Observatorio de la Islamofobia en los Medios de 2018.

 Ninguna de las tres religiones politeístas queda libre de ataques, ni en la “vida real” ni en las redes. Según el Ministerio del Interior, en 2019 el número de delitos de odio en internet por creencias o prácticas religiosas en España supero en un 140% al de 2018.

Probablemente alguien pensará que los cristianos se salvan de este odio, pero eso solo refleja la incapacidad de los occidentales para mirar más allá de su mundo, o la hipocresía de ciertos grupos políticos, que condenan la islamofobia y el antisemitismo- lo que considero estupendo-, pero fomentan el anticristianismo.  Aunque el famoso Ku Klux Klan- definido como anticatólico- se queda un poco desfasado, este sentimiento prosigue en países como Nigeria, Somalia, Arabia Saudí, Siria e incluso, Chile donde se persigue al cristiano, y las redes sociales actúan como difusor de vídeos para escarmentar y aterrar.

Políticas de odio

Las campañas y los programas electorales tienen una vida muy corta, nacen con cada convocatoria de elecciones y parecen quedar en el olvido una vez se ha investido al presidente de turno. Por ello, creo con total convicción que las redes sociales acabaran reemplazando estos trámites. Porque están en todo momento y se quedan ahí, en la nube y en nuestras cabezas, para siempre Parece que las jornadas de reflexión están condenadas a desaparecer. Todos los partidos están activos en twitter casi las 24 horas del día, pero si hay uno que gana al resto- aunque muy seguido por Podemos- ese es Vox.

Captura de pantalla 2021-03-13 a las 22.47.08Desde sus inicios, e imitando la estrategia del expresidente americano Donald Trump, Vox ha optado por la vía del odio social.

Las tres principales asociaciones islámicas de Cataluña presentaron una denuncia al grupo de Santiago Abascal por un vídeo difundido en redes en el que se mezclaban imágenes de musulmanes rezando en mezquitas o impartiendo clase, con grabaciones de los atentados de Barcelona y Cambrils (2017).

Titular de El País 16/02/2021

Titular de El País 16/02/2021

El odio que lleva por bandera motivos religiosos y creencias- como todos los demás tipos de odio- tiene una solución concreta: una educación basada en la tolerancia y que combata la desinformación. No obstante, me atrevería a decir que la lectura es también una buena cura. Para todos aquellos que a pesar de creer en un Dios tienen posiciones firmes contra otras religiones, les recomiendo El médico de Noah Gordon. Al final de la obra, Mirdin– un judío muy judío- y Rob– cristiano pese a todo- dudan sobre si se reencontrarán en el Paraíso, a lo que Mirdin le contesta a Rob: “Creo que la separación entre la vida y la muerte es un río, hay muchos puentes que lo cruzan, ¿puede importarle mucho a Dios qué puente elige el viajero?”

 Y para todos aquellos que no tengan fe también traigo una recomendación: tolerancia y cabeza. Ningún creyente está totalmente de acuerdo con los hechos históricos ni con las palabras de su iglesia, ni con los actos de sus fieles. Debemos saber extrapolar el mensaje de amor fraterno que todas las religiones tienen a los modos de vida de nuestro siglo.

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