3.1. Historia y evolución de la radio
Halloween, esa noche que no sabes por qué los niños se disfrazan de calabaza, bruja, payaso o cualquier cosa que en teoría da terror y pánico. Esa noche donde los jóvenes igual pasan de disfrazarse y se van de fiesta, fuman, beben y acaban hechos auténticos zombies. También esa noche que tu madre y tu padre se quedan solos en casa vete tu a saber haciendo qué, y tus abuelos duermen. Eso que ahora ya es una fiesta más. Pero en 1938 el único lugar donde celebraba esta fecha era en ese país que de verdad sí que aterroriza, los estados yankees, los gringos, Estados Unidos.
Pues bien, resulta que en esa noche de Halloween de ese mismo año, mientras aquí se libraba una Guerra, allí a la hora de cenar en los transistores se retrasmitía un especial de terror nocturno de la serie dramática The mercury theatre in the air. Dirigida y narrada por Orson Welles, el famoso actor y director de cine, presente en películas como Ciudadano Kane, El extraño o La dama de Shangai. Este polifacético director a menudo financiaba sus realizaciones con los salarios que cobraba como actor. Además era un fiel aficionado, admirador y si se quiere discípulo de William Shakespeare. Con a penas 10 años ya le leía, con 15 ya imitaba actuaciones de sus actuaciones favoritas, y a los 20 montó una primera obra inspirada en el autor inglés.
Esta afición a la lectura se refleja también en La guerra de los mundos, este especial de Halloween inspirado en una novela con el mismo título. Este libro de Herbert George Welles describe mediante un autor omnisciente la visita de un personaje a un observatorio, donde es testigo de una explosión en Marte. De esa supuesta actividad volcánica, un meteoro llega a la tierra e impacta en Londres, casualmente en donde vive el narrador. Tras ello, se acerca al lugar de los hechos y descubre un platillo volador con marcianos desfilando de él. Más tarde se inicia una batalla entre los humanos y los “invasores”.
Quizá, esa misma noche el intelectual de Welles en su adaptación de la historia a radio, pretendía lograr un transcurso de la historia similar. Pero obviamente para ello necesitaba del caos de la gente. Así pues, a las 9 de la noche en la radio de las casas de todos los estadounidenses se escuchaba lo siguiente: “hoy sabemos que en los primeros años del siglo XX nuestro mundo estaba siendo observado por unos seres más inteligentes que el hombre y, sin embargo, igual de letales”.
Desde el inicio de la emisión se advertía que se trataba de una adaptación de un libro, pero pese a ello los ciudadanos de la nación más democrática y más poderosa del mundo se lo tomaron en serio. Seguramente sería por la brillante y convincente actuación de Welles y los actores invitados. El autor interpretaba al profesor Pierson, el científico que explicaba lo ocurrido, mientras que el invitado interpretaba al periodista Carl Philis.
“Señoras y señores, les presentamos el último boletín de Intercontinental Radio News. Desde Toronto, el profesor Morse de la Universidad de McGill informa que ha observado un total de tres explosiones del planeta Marte entre las 7:45 P.M. y las 9:20 P.M.” Tras estas declaraciones se volvía a un ficticio estudio donde se continuaba con la programación habitual. Porque cabe apuntar que el formato adoptado era simular un programa de música de Halloween. Y de tanto en tanto se interrumpía con la última hora del suceso inventado.
“Señoras y señores, esto es lo más terrorífico que nunca he presenciado… ¡Espera un minuto! Alguien está avanzando desde el fondo del hoyo. Alguien… o algo. Puedo ver escudriñando desde ese hoyo negro dos discos luminosos… ¿Son ojos? Puede que sean una cara. Puede que sea…”. Claro todos aquellos que se incorporaran más tarde del aviso sin el más mínimo sentido crítico se podía creer toda la información que estaba entrando por sus oídos. Entonces, de esos cráteres saldrían unos seres gigantes babeantes. ¿Os suena esto? Esta imagen descrita es la que después formaría parte del imaginario colectivo de cómo son los extraterrestres. Basta con ver en los Simpson a los habituales marcianos verdes.
El colofón de todo esto sería cuando un inventado Secretario de Estado relataba lo siguiente: “Mientras tanto, conservando nuestra fe en Dios, cada uno de nosotros debe continuar cumpliendo con sus deberes, de suerte que nos sea posible oponer a ese enemigo destructor una nación unida, valiente y consagrada a conservar la supremacía humana en esta tierra”. Acto seguido, se desató la locura en las calles de Nueva Jersey y Nueva York donde la historia relataba los sucesos, las líneas de emergencia se saturaban y los medios de comunicación no daban crédito. Y esto último ya no es ficción, sucedió de verdad.
El programa se despedía con Welles recordando que todo se trataba de una obra de esta fiesta macabra, con un final macabro. No la conclusión de la historia, sino la reacción de la gente que tragó con todo. Al día siguiente, sin ningún tipo de vergüenza las calles se volvieron a llenar para exigir responsabilidades al narrador. Con todo, se hizo palpable la influencia de la radio en aquel momento. Lo importante de todo esto es saber si Welles lo provocó a sabiendas o sin querer. En cualquier caso, desde entonces este episodio se utiliza para ilustrar la poderosa atención que recibe la gente de los medios de comunicación.
Tal es así que La guerra de los mundos pierde toda su importancia al tratarse de una anécdota y una obra ficticia realizada por radio. Lo que de verdad tiene valor es que si la gente traga con eso, que no tragará con asuntos más o menos serios. En España ese papel actualmente lo ejerce la prensa. “Podemos colabora con el régimen bolivariano”, “los golpistas del 1 de octubre”, o “violencia ejercida contra los contenedores”, son algunas proclamas que a todo el que viva en España ha oído varias veces. Y se puede comprender que alguien que no tiene acceso a otras informaciones más allá de los medios convencionales o carezca de interés en estos asuntos, se crea este tipo de afirmaciones. Y ante todo esto unas preguntas, si los medios influyen en la población, ¿quién influye en los medios? Si se supone que el periodismo es una herramienta de comunicación crítica con el poder, ¿cómo podemos llamar a quienes hacen periodismo del poder?